A fin de junio de 2012 adoptamos a Kira, una perra negra muy delgada, casi sin pelo, con dermatitis por pulgas -y terriblemente asustada. La recogieron con 16 kg, llegó a nuestra casa con 25 kg, subió a 32 kg y aún está delgada. ¡Estaba a punto de morir de hambre! Le dimos flores de Bach para el miedo y mejoró un poco. Le dimos LifePak y su pelaje empezó a crecer y se puso guapísima. Pero seguía con miedo. ¡Mucho miedo! Y miedo a todo: al viento, a los coches, a las personas, a los ruidos, a las bolsas de plástico… Primero bromeamos «Esta perra necesita un psicólogo». Luego fue una realidad: esta perra necesita un psicólogo. ¿¿¿Quién es psicólogo de perros???
Nuestra amiga Jeannette Kok es aromaterapeuta animal. Justo vino de visita en febrero, a nuestro apartamento en Palma de Mallorca, y nos pusimos a charlar y le comentamos el caso. Se ofreció a tratar a Kira.
En la primera sesión Kira estuvo en un rincón del salón, olisqueando los aceites brevemente según Jeannette se los ofrecía, pero con reticencia. Indicó por sus preferencias que tenía miedos, traumas y también duelo (nuestro perro Lucky fue su buen amigo de junio a noviembre pero falleció de viejo, y obviamente ella le echa de menos). Notamos una marcada mejoría, sin embargo todavía tenía sus altibajos.
La segunda sesión fue una semana después y Kira se mostró mucho más interesada en participar, olisqueando los aceites y relamiéndose. Se relajó, bostezó… Incluso se acomodó para tener dos de los frasquitos entre las patas. ¡Luego acompañó a Jeannette hasta la puerta! Wow… Qué impresionante.
Cada vez me interesa más la aromaterapia. Luego de ver lo que los aceites esenciales pueden lograr en la salud física humana, y al ver todo lo que pueden hacer por la salud emocional animal, tengo cada vez más ganas de aprender estas técnicas. En 2015 pude hacer realidad este sueño y ahora me dedico a compartir los beneficios de los aceites esenciales para la salud física, mental y emocional. Si quieres que te enseñemos o aconsejemos gratuitamente, mándanos un mensaje!