Por la presente me gustaría establecer el propósito de escribir en el blog, tanto aquí en Shamay como en otros lugares.
Siempre me encantó escribir y ser creativa de diferentes formas. Jugar con las palabras me fascina, tal vez desde que vi «Mucho ruido y pocas nueces» como película en 1993, cuando tenía 13 años de edad.
En 1999 empecé los estudios superiores de «Dramaturgia», consistentes en escritura y adaptación de textos, crítica e investigación. Todo dentro del ámbito del teatro –algo que no tenía del todo claro cuando me apunté inicialmente (creí que se podría aplicar a cualquier campo, y de cierto modo se puede, solo que no se presentó de esa forma).
Durante estos estudios en la RESAD en Madrid (España) se nos pedía escribir escenas, a veces a una escena por semana. Esta clase de presión casi acabó con mi creatividad. Pero lo primero con lo que reaccioné fue el estricto requerimiento de los profesores: ¡las escenas deben tener un conflicto! Nadie se queda sentado en un teatro mirando una obra en la que «no pasa nada», afirmaron. ¡Siempre debe haber un conflicto de alguna clase!
Y me rebelé en mi interior –¿por qué tenemos que tener esa clase de conflictos entre las personas, luchas, discusiones, cosas ocultas que no se dicen, motivos oscuros…? El mundo en sí está lleno de desafíos y todos estamos en el desafío personal de intentar ser la mejor versión de nosotros mismos a diario (algunos lo hacemos conscientemente, otros no tanto). ¿No es eso un conflicto en sí mismo? ¿Y por qué no aspirar a estándares superiores de comunicación sincera, como lo que tengo la fortuna de experimentar dentro de mi familia?
Leer material edificante como la serie de «Sopa de pollo para el alma» (de la cual tengo muchos títulos), o relatos breves de gente normal que han experimentado algo especial, me llena de gozo. Quiero expandir más de ese gozo en el mundo. Si quieres ver problemas, basta con que enciendas las noticias. Todo quien haya leído «El secreto», «Piense y hágase rico» o cualquier otro tipo de libro de desarrollo personal, de ventas, o incluso de marketing en red, sabe que para tener éxito en la vida DEBES llenarte de actitud positiva. Y la única forma de mantenerte positivo es seguir llenando tu «vaso» interior de cosas positivas, contrarrestando las cosas negativas que inevitablemente te llegan: incluso si nunca miras las noticias, la gente estará hablando de ellas en el supermercado, te las encontrarás en las redes sociales, o en el ascensor con los vecinos. El mundo nos bombardea con negatividad y si nos sintonizamos con el dolor, el miedo y la rabia solo generaremos más de lo mismo. Si puedes hacer algo constructivo para resolver un problema, hazlo, pero enfócate en la parte positiva de la resolución de problemas, no en la piedra de tropiezo en sí. Gandhi dijo que debes ser el cambio que deseas ver en el mundo.
Quiero contribuir a esos sentimientos positivos. Donde tengo historias verdaderas, quiero compartirlas. Un día escribiré también ficción, pero eso estará claramente etiquetado como tal – en los restantes casos, será cierto. Y en todos los casos, lo que escribo siempre será edificante. Tal vez te haga pensar, puede que te haga llorar, pero terminará en una nota positiva. Esa es mi promesa.