Agradecida por ser mujer

(Foto: yo con 17 años probándome un vestido de seda salvaje en la tienda de nuestra amiga Janin en Palma).

Recientemente tuve la oportunidad de asistir a unos talleres acerca de la feminidad.

Aunque resulta injusto, en los talleres femeninos se están centrando en resaltar lo maravillosas que somos las mujeres, cómo cada una de nosotras es una diosa divina con potencial infinito, cómo somos amables y cariñosas y deberíamos honrar y respetar nuestra esencia femenina. En los talleres masculinos, por otra parte, los hombres tienden a recibir un tratamiento más duro, con recordatorios de cómo se deberían comportar y lo que deberían hacer. Tal vez un motivo para esto es que las mujeres pueden ser bastante perfeccionistas y sentirse deprimidas por no estar logrando lo suficiente, y también sienten que no están recibiendo suficiente amor y reconocimiento. Fue maravilloso compartir abrazos, contacto físico y amistad con otras mujeres.

¿Por qué son tan diferentes los hombres y las mujeres? ¿Y por qué es esto tan bueno? La naturaleza quería que fuéramos diferentes – de hecho, son las diferencias fisiológicas más básicas las que nos permiten procrear. Pero otras diferencias en habilidades y carácter verdaderamente nos hacen complementarios. ¡La vida se vuelve más rica si hay polaridad! Y esta polaridad es también la clave para que funcionen las relaciones, con el un casi mágico magnetismo que sucede en la atracción entre hombre y mujer.

La verdad es que es muy triste que las sociedades modernas estén contrarrestando la polaridad tan fervientemente. Se anima a las mujeres a comportarse de forma más masculina, vestirse más como hombres, mostrar menos de sus sentimientos. Cuando perdemos la conciencia de todos lo que tenemos para ofrecer como mujeres, el potencial de iluminar el mundo con nuestra presencia sencillamente disminuye. ¡Debemos aprender a respetar nuestra esencia!

Sí, soy mujer. Tengo un potencial infinito, al igual que todas mis hermanas. Soy sensible y a veces emotiva. Soy inmensamente fuerte como persona, pero no siempre en lo referente a fuerza muscular. Y adoro que un hombre me eche una mano para levantar un peso pesado, o para tener un pequeño gesto «de caballero», o para ofrecerme valiosos puntos de vista desde «el otro lado». Aprecio a los hombres y soy consciente de su valía. Estoy agradecida por ser mujer y me siento honrada por poder interactuar con otras mujeres (diosas en potencia) así como interactuar con hombres (dioses en potencia) y sentirme enriquecida por su aportación y sus diferencias.

¡Nunca te sientas mal por ser quien eres y lo que eres! Eres único / única.